El ATCI (TTIP) y sus oportunidades para las PYMES
El Tratado de Libre Comercio entre Europa y Estados Unidos, más conocido como “Acuerdo transatlántico para el comercio y la inversión”, ATCI, (Transatlantic Trade and Investment Partnership o TTIP, en inglés) está protagonizando en los últimos meses intensos debates en el seno de las instituciones de la Unión Europea. Y es que no es un tema baladí, ya que están en juegos intereses muy diversos (económicos, sociales, legales,…). No obstante, a pesar de las diferencias en algunos puntos parece que se alcanzará un acuerdo antes o después (previsión de actual de la Comisión: 2017) considerando las oportunidades que el tratado puede suponer para ambas partes.
El ATCI es el acuerdo comercial bilateral más amplio negociado hasta la fecha, ya que integrará a dos zonas que juntas suponen más de 800 millones de habitantes, casi la mitad de la producción mundial y casi una tercera parte del comercio mundial de bienes y servicios. Además, se trata de un acuerdo que, según todos los análisis realizados hasta la fecha, tendrá efectos muy positivos en las dos regiones. La Comisión Europea estima que un acuerdo amplio y ambicioso podría suponer un aumento anual del PIB del 0,48 % en la UE y del 0,38 % en Estados Unidos hasta 2027.
Las nuevas oportunidades que genere el Tratado serán especialmente valiosas para las PYME, tanto en los Estados Unidos como en la UE, dado que los obstáculos comerciales tienden a suponer una carga desproporcionada para las empresas más pequeñas, que no tienen tantos recursos para superarlos como las grandes. Entre los beneficios potenciales del ATCI para las PYME cabría destacar:
Aranceles: Existen millones de pequeños fabricantes y productores en Europa y en los Estados Unidos, suponen el 30 % de la exportación de ambos mercados. Como consecuencia de ello, las PYME están muy bien situadas para beneficiarse de la eliminación de aranceles que se pretende lograr. En algunos casos, la supresión de los aranceles podría permitir a las PYME vender sus productos al otro lado del Atlántico por primera vez.
Cuestiones de reglamentación y barreras no arancelarias: Las PYME pueden verse desproporcionadamente afectadas por reglamentaciones innecesariamente complicadas o costosas. Un objetivo central y compartido de la ATCI consiste en generar una mayor apertura y transparencia, reducir los costes innecesarios y los retrasos administrativos y promover una mayor compatibilidad reglamentaria, alcanzando los niveles de salud, seguridad y protección del medio ambiente que cada parte considere apropiados y cumpliendo otros objetivos legítimos de la reglamentación.
Servicios: La Unión Europea y los Estados Unidos son los mayores exportadores de servicios del mundo, y muchos proveedores de servicios —p. ej., abogados, contables, arquitectos, ingenieros, consultores técnicos,…— trabajan en las empresas más pequeñas, que a menudo forman parte de la cadena de valor de las grandes. Estos proveedores de servicios más pequeños podrían beneficiarse de la mayor seguridad jurídica y el nuevo acceso al mercado que proporcionaría la ATCI.
Contratación pública: La mejora de la transparencia de la contratación pública y el acceso a esta podría significar nuevos contratos y subcontratos públicos para las empresas más pequeñas.
Aduanas y facilitación comercial: Aplicar unos costes más reducidos y una mayor transparencia, y reducir la burocracia en las fronteras, sería incluso más beneficioso para los pequeños exportadores y productores —así como para los pequeños minoristas, mayoristas y empresas de logística y transporte— que para sus competidores de más tamaño.
Derechos de propiedad intelectual e industrial: La ATCI servirá para reafirmar el compromiso transatlántico compartido de velar por la rigurosa protección y aplicación de los DPI de las PYME, incluso respecto de nuestros demás socios comerciales.
Comercio electrónico: Las disposiciones de la ATCI que promueven el trato de los productos digitales sin derechos de aduana, y el acceso de los consumidores a los servicios y aplicaciones de su elección a través de internet puede ayudar a que las PYME estadounidenses y europeas minoristas y proveedoras de servicios florezcan en el mercado en línea.
Cadenas de valor: Muchas pequeñas empresas que no exportan directamente a la UE o a los Estados Unidos se beneficiarán también del ATCI mediante la venta de los bienes y servicios intermedios a empresas que sí comercian con el otro lado del Atlántico.
Integración de las PYME: Los negociadores de los EE.UU. y de la UE están trabajando para garantizar que las PYME estén en condiciones de aprovechar plenamente las oportunidades del acuerdo, para ello están debatiendo la inclusión de un capítulo dedicado a las cuestiones relacionadas con las PYME así como la creación de un comité de las PYME que se comprometería con la iniciativa en favor de las pequeñas empresas y el desarrollo de información en línea y otros recursos para ayudar a las PYME a beneficiarse al máximo.